Sanar la relación con la madre y el linaje femenino

La relación con la madre es la más importante de nuestra vida. La madre es nuestro cordón umbilical con la vida, antes y después del nacimiento. Nos condiciona la relación con nosotras mismas, con nuestro cuerpo, con la comida, con la abundancia y las demás relaciones. Cuando estamos en su vientre, sentimos todo aquello que pasa en su cuerpo, en su mente, en su corazón. A ella le ocurrió lo mismo con su madre, y así este vínculo se remonta en el tiempo.

En nosotras se guardan las memorias de todas las mujeres de nuestro linaje matrilineal. Darnos cuenta de esto, nos ayuda a entendernos. A entender nuestras emociones, el dolor, la ira, el miedo, nuestras necesidades y lo que queremos, que en su mayoría proceden de esta herencia.

Te invito en este viaje a ir a nuestra esencia femenina para limpiar las memorias de dolor de las mujeres que vinieron antes que nosotras y reconocer el poder que nos ha llegado de ellas. Comprender y honrar nuestro origen, nuestro ser y nuestro sentir. Honrar aquello de lo que venimos enriquece nuestro propio ser.

El vínculo madre- hija, en toda su belleza, dolor y complejidad, forma el cimiento mismo del estado de salud de una mujer. Esta relación primordial deja su huella en todas y cada una de nuestras células para toda la vida” – Bethany Webster.